FANTOCHE
Ya me dieron las once de la noche
en el viejo reloj del campanario,
no arranca el carricoche,
no es nada extraordinario...
batería vacía de ordinario.
Y de nuevo me encuentro solitario
sin poder del humor hacer derroche.
Convertido en fantoche,
nadie escucha el rosario
de quejidos en loco antifonario.
Es mi mala cabeza
que de todo se olvida atormentada
por lograr la atención de una belleza.
MARAMIN
Marcos Andrés Minguell
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